martes, 6 de agosto de 2013

PRINCIPIOS DE LA LÓGICA FORMAL

PRINCIPIOS DE LA LOGICA FORMAL
1.    El principio de identidad.- Ontológicamente, este principio, enunciado por Parménides, puede  expresarse diciendo “Toda cosa es igual a si misma; A=A” ejemplo el hombre es igual al  hombre.  Se formaliza: “P ® P”  Una proposición es idéntica así misma o se incluye así  misma.
       “Según una fórmula usual, el principio de identidad reza así: A = A. Se considera este principio como la suprema ley del pensar. Intentaremos meditar durante algún tiempo sobre este principio, pues desearíamos que nos condujera a saber qué es la identidad.
       ¿Qué dice la fórmula A = A con la que suele presentarse el principio de identidad? La fórmula menciona la igualdad de A y A. Para una igualdad se requieren al menos dos términos. Un A es igual a otra. ¿Es esto lo que quiere enunciar el principio de identidad? Evidentemente no. Lo idéntico, en latín ídem, es en griego òt ñtéa.
       Cuando alguien dice siempre lo mismo, por ejemplo, la planta es la planta, se está expresando en una tautología. Para que algo pueda ser lo mismo, basta en cada caso un término. No precisa de un segundo término como ocurre con la igualdad.
       La fórmula A = A habla de igualdad. No nombra a A como lo mismo. Por consiguiente, la fórmula usual del principio de identidad encubre lo que quiere decir el principio: A es A, esto es, cada A es él mismo lo mismo.
       Así, la fórmula más adecuada del principio de identidad, A es A, no dice sólo que todo A es él mismo lo mismo, sino, más bien, que cada A mismo es consigo mismo lo mismo. En la mismidad yace la relación del «con», esto es, una mediación, una vinculación, una síntesis: la unión en una unidad. Este es el motivo por el que la identidad aparece a lo largo de la historia del pensamiento occidental con el carácter de unidad. Pero esta unidad no es de ningún modo el vacío inconsistente de lo que, privado en sí mismo de relación, se detiene y persiste en una uniformidad. El pensamiento occidental ha precisado más de dos mil años para ésta relación. De lo mismo consigo mismo que reina en la identidad y se anunciaba desde tiempos tempranos, salga decididamente con fuerza a la evidencia como tal mediación, así como para encontrar un lugar a fin de que aparezca la mediación en el interior de la identidad. La llamada de la identidad habla desde el ser de lo ente. Pero donde el ser de lo ente toma voz por vez primera y propiamente dentro del pensamiento occidental, es con Parménides, quien dice así: «Lo mismo es en efecto percibir (pensar) que ser.»…” (HEIDEGGER, M., Identidad y Diferencia, Antrhopos, Barcelona, 1990)
2.    El principio de no-contradicción.- se expresa ontológicamente este principio, planteado por Platón, diciendo: “ninguna cosa puede ser y no ser al mismo tiempo A”. Ejemplo: Ningún hombre puede ser y a la vez no ser racional. Se formaliza: “-(P Ù -P)” Es imposible que una proposición pueda ser verdadera y a la vez falsa; no existe una tercera posibilidad
       Una vez bien entendido esto, podemos comprender asimismo que el ser, por diverso que sea, se opone siempre, igualmente, y en todas partes, a su negación: el ser o la nada. La nada no es un espacio vacío, ni algo que pueda ser imaginado aún vagamente; es, simplemente, negación del ser: es decir, que no “es” en manera alguna. La idea que nosotros nos formamos de la nada tiene como punto de apoyo el ser que ella niega.
       La nada no es, pues, contraria al ser como lo cálido es contrario a lo frío, o el día a la noche, sino que es su contradictorio, es decir, la negación pura y absoluta del ser, sin adición de otra cosa, e incompatible con él.
       Así, de la consideración de la primera idea: el ser, y de su negación: la nada, el espíritu deduce inconscientemente el primer juicio, que es también el primero de todos los principios, el cual consiste en afirmar la incompatibilidad absoluta del ser y del no-ser. Se llama principio de no-contradicción. Este principio es, de sí, evidente aunque los filósofos lo hayan formulado con alguna diferencia unos de otros. Podemos enunciarlo así: "El ser no es el no-ser: una misma cosa no puede, a un mismo tiempo y bajo un mismo aspecto, ser y no ser". Por consiguiente, "todo ser es idéntico a sí mismo"; "todo ser es uno y el mismo".
       Este principio es absolutamente cierto, ya que no podemos negarle sin contradecirnos, lo cual es propio del absurdo. Así el espíritu humano se adhiere a él naturalmente. El es, por otra parte, ley fundamental del pensamiento: un pensamiento cesa por el hecho de contradecirse identificando, así, el ser con el no-ser. Mas, lo que precisa ver con claridad es que ese principio siendo ley del pensamiento, es también, y ante todo, ley de lo real, porque como decía el antiguo filósofo griego, Parménides: "El ser es, y la nada no es".” (FE Y RAZÓN "Omne verum, a quocumque dicatur, a Spiritu Sancto est" -Toda verdad, dígala quien la diga, viene del Espíritu Santo- (Santo Tomás de Aquino)
3.    El principio de exclusión de tercero.- Ontológicamente, este principio planteado por Aristóteles, se expresa así: “Toda cosa ha de ser o no  ser A”. Ejemplo: “todo hombre ha de ser o no ser civilizado”.  “p Ú -p”  Una proposición o es verdadera o es falsa
       El principio del tercero excluido o principium tertium exclusum es un principio de la lógica tradicional formulado canónicamente por Leibniz como: o A es B o A no es B. Ahora lo leemos del siguiente modo: o bien P es verdadera, o bien su negación ¬P lo es. Entre dos proposiciones que juntas forman una contradicción no hay una tercera posibilidad, la tercera está excluida.
       También se conoce como "tertium non datur" ('Una tercera (cosa) no se da'). Clásicamente se considera que es uno de los principios o leyes fundamentales del pensamiento (junto con el principio de identidad, de no contradicción y de razón suficiente).
       Otra formulación del principio de tercio excluso es: Toda proposición es verdadera o falsa, y entre estos dos valores de verdad no se admite nada intermedio o “tercero”; o, en términos semánticos, si dos proposiciones son contradictorias, al menos una de ellas es falsa.
       Este principio pertenece a los llamados principios racionales, pues son proposiciones evidentes por sí mismas y por ende indemostrables, que están implícitas o presupuestas como norma absoluta en todas las operaciones intelectuales. Se llaman racionales porque están inmediatamente constituidos por la razón y son a la vez constitutivos de ella.
       El principio de tercio excluso es considerado por muchos como derivado del principio de identidad. Nótese que, en este supuesto, aquél no tendría la consideración de primer principio. Se enuncia diciendo: una cosa es o no es (quodlibet aut est aut non est) –versión ontológica- o bien: entre dos cosas contradictorias no cabe termino medio, (inter duo contradictoria non este médium)-versión lógica-, lo cual quiere decir que de dos proposiciones contradictorias, necesariamente la una es verdadera y la otra falsa, y que ambas no pueden ser ni verdaderas ni falsas a la vez.
       Obsérvese que en la enunciación de este principio el término contradictorio se toma en su sentido técnico estricto, debiendo distinguirse por lo tanto del término contrario, puesto que, en la teoría del juicio, entre dos juicios contradictorios no puede darse término medio, y sí en cambio, entre dos juicios contrarios.
       Así cuando decimos Juan es bueno o Esta afirmación es verdadera, entre estas proposiciones y sus contradictorias, Juan no es bueno y Esta afirmación no es verdadera, no hay posibilidad de un término medio; pero si decimos Juan es bueno o Esta afirmación es verdadera, y contrariamente se sostiene Juan es malo o Esta proposición es falsa, entre estos juicios contrarios cabe la posibilidad de otros juicios, relativos a una rica gama de valores morales, intermedios entre la bondad y la maldad, o de valores lógicos interpuestos entre la verdad y la falsedad (duda, probabilidad, etc.)”


Para Ortega y Gasset, los tres principios se reducen a uno solo, el de identidad

2 comentarios:

  1. Una explicita exposición sobre el tema, la misma permite comprende de manera critica tales principios. Me será muy útil.

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  2. Una explicita exposición sobre el tema, la misma permite comprende de manera critica tales principios. Me será muy útil.

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